lunes, 30 de julio de 2012

YA NO HAY MUERTOS. SOLO VIAJEROS.


Tal vez así podamos pensar en ellos de otra manera. Posiblemente podamos perderle el miedo a la muerte y reconciliarnos con la idea de un más allá distinto, no tan lejano, ni oscuro ni sufrido. De esta manera pensando, ya no hay muertos sólo viajeros que se han ido lejos, o siguen tan cerca como siempre.
Nunca se han ido, cambiaron la forma de su presencia. Y así las experiencias no tienen que llamarse “espirituales”, son experiencias personales según el vínculo que se haya tenido. Una relación intensa, una necesidad imponente hace presente a cualquiera, que se haya considerado perdido. No es una nueva manera de ver las cosas, siempre ha sido así. Lo único que puede estar cambiando es la forma de pensar a la muerte y sus pasajeros. Muchos discursos se han vendido pero ninguno en su realidad ha enseñado a pensar estas cuestiones de una manera acorde a tantas palabras dichas.
Las sensaciones son las mismas, como si se hubiera ido de viaje. Aún las comunicaciones pueden ser tan fluidas si dejamos de pensar un poco y nos animamos a sentir. Así les damos la bienvenida. Y establecemos las comunicaciones, que serían la única diferencia. Una aproximación factible pues no han desaparecido. De hecho muchos en esos momentos quisieran poder hablar, y sólo están en los sueños pues por otros medios se asustarían y sería más traumático que beneficioso.
No estoy volviéndome loco, sé lo que estoy escribiendo. Y no se requiere de mucha ciencia para saberlo, tan sólo un poco de sinceridad. No es magia ni nada imposible. No es videncia ni mediunidad. Mucho menos es mediocridad, de estas cuestiones tan importantes.
Lo importante me parece que está en abrirnos de los mandatos y pensar con más libertad, pues la vida está allí, plena para ser sentida, recorrida y explorada. Una mente amplia puede ver diferentes matices. La luz tiene entre sus cualidades fragmentarse e ilusionar, dividirse entre todos los colores. Y la sabiduría está en seguir siendo ellos aún cuando están unificados.
Debemos aprender demasiado, por ver tanto blanco o negro.
La muerte no es la contracara de la vida. Son sólo matices de un espectro mucho más amplio y rico.
Somos vibraciones y hay tantas como seres en este mundo. Por decir un mundo y no mencionar al universo. Al margen de la cantidad de variables o formas distintas, la razón de nuestra existencia pasaría por vivir todo esto como “experiencias”.
¿Se anima?
Hace vidas que fue invitado.

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