Tal vez así podamos
pensar en ellos de otra manera. Posiblemente podamos perderle el miedo a la
muerte y reconciliarnos con la idea de un más allá distinto, no tan lejano, ni
oscuro ni sufrido. De esta manera pensando, ya no hay muertos sólo viajeros que
se han ido lejos, o siguen tan cerca como siempre.
Nunca se han ido, cambiaron la forma
de su presencia. Y así las experiencias no tienen que llamarse “espirituales”,
son experiencias personales según el vínculo que se haya tenido. Una relación
intensa, una necesidad imponente hace presente a cualquiera, que se haya
considerado perdido. No es una nueva manera de ver las cosas, siempre ha sido
así. Lo único que puede estar cambiando es la forma de pensar a la muerte y sus
pasajeros. Muchos discursos se han vendido pero ninguno en su realidad ha
enseñado a pensar estas cuestiones de una manera acorde a tantas palabras
dichas.
Las sensaciones son las mismas, como
si se hubiera ido de viaje. Aún las comunicaciones pueden ser tan fluidas si
dejamos de pensar un poco y nos animamos a sentir. Así les damos la bienvenida.
Y establecemos las comunicaciones, que serían la única diferencia. Una
aproximación factible pues no han desaparecido. De hecho muchos en esos
momentos quisieran poder hablar, y sólo están en los sueños pues por otros
medios se asustarían y sería más traumático que beneficioso.
No estoy volviéndome loco, sé lo que
estoy escribiendo. Y no se requiere de mucha ciencia para saberlo, tan sólo un
poco de sinceridad. No es magia ni nada imposible. No es videncia ni
mediunidad. Mucho menos es mediocridad, de estas cuestiones tan importantes.
Lo importante me parece que está en
abrirnos de los mandatos y pensar con más libertad, pues la vida está allí,
plena para ser sentida, recorrida y explorada. Una mente amplia puede ver
diferentes matices. La luz tiene entre sus cualidades fragmentarse e ilusionar,
dividirse entre todos los colores. Y la sabiduría está en seguir siendo ellos
aún cuando están unificados.
Debemos aprender demasiado, por ver
tanto blanco o negro.
La muerte no es la contracara de la
vida. Son sólo matices de un espectro mucho más amplio y rico.
Somos vibraciones y hay tantas como
seres en este mundo. Por decir un mundo y no mencionar al universo. Al margen
de la cantidad de variables o formas distintas, la razón de nuestra existencia
pasaría por vivir todo esto como “experiencias”.
¿Se anima?
Hace vidas que fue invitado.
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