¿Es justo ocultar algo? ¿Es necesario? Es inevitable. Es indispensable
para poder sobrevivir en la matriz de una sociedad humana. Peor que en la
jaula, más asediados que en la selva. Aquí las fieras están sueltas y más
hambrientas que nunca. ¿De qué? Del otro. En crudo y sin filtros. Se ansia la
carne humana. Y el psiquismo ajeno. ¿Era necesario llegar a esto? Seguro que
no, pero así lo hemos hecho.
Llegamos. Tarde o temprano, no sé bien si es la hora. Pero que muchos
seres humanos han muerto en vano, de eso estoy seguro. Por una justicia fría
que no llegó a tiempo. Porque para muchos la necesidad era un motor, pero no la
consecuencia de una venganza. Para tantos otros la esperanza no fue suficiente.
Porque la realidad mordía los talones, porque la crueldad se hizo costumbre.
¿Era tiempo de llegar a esto? Nunca es suficiente, nunca es necesario. Pero
somos seres humanos, entonces ¿era esperable?
Es justo. Es necesario. Es inevitable. Es esperable. Es y se impone la
evidencia. La oscuridad rinde sus cuentas y tiene saldo a favor. En cuanto al
dolor, todas las cartas están manchadas. Respecto del rencor, ya ha asfaltado
varias ciudades enteras. Ya se han explorado todos los territorios ocultos,
hasta el último rincón posible. Todo en nuestras narices, pero oculto.
Con al puerta cerrada.
Es necesario empezar a poner un orden. Es indispensable comenzar a
entender las razones por las que llegamos a este punto de la Historia. A este crudo
infierno, tan frío como tan ardiente. Donde los adultos presentes no pueden
cuidar a los niños, donde los familiares o amigos son los que más lastiman.
Donde las orillas se han acercado demasiado, y los del otro lado, ya están de
este. No se puede hacerle frente a la corrupción que se ha propagado. No se
puede limpiar lo que han ensuciado, porque no quedan espacios libres. El aire
se ha contaminado, la tierra está llena de basura, las almas oscuras nos están
gobernando y el mundo se está alterando, porque el desorden es mayoría.
Lo hemos ocultado demasiado. Ya los gritos no son de protesta. Los
aullidos se acuestan con sus víctimas, por la noche. Hemos postergado mucho la
solución. Y el horror ya es costumbre. El esplendor ya no es suficiente. Ya no
alcanza para salvar vidas. En la noche se hace escarcha.
En las vidas se siente el frío.
No hay hombres escondidos, hay almas oscuras. Que necesitan ser
iluminadas. Porque es necesario, porque sería justo. Por todos los seres
humanos que están hoy bajo el techo de la injusticia. Sin calma ni
tranquilidad. A quienes no les llegará la paz hasta que no se pongan las cosas
en orden.
La justicia y la necesidad. Unidas de la mano. Enfrentadas con lo
humano.
¿Desde hace tanto tiempo?
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