Somos primates, primitivos y básicos. Somos esclavos y amos de la nada.
Somos la espalda, el frente y las rodillas. La cruz donde se clava la víctima,
la estaca en las manos. Somos un pedazo, el todo y la nada misma. Somos la
envidia y la cura de los peores males. Somos enemistades, somos la gran
alianza. Somos la calma, la guerra y la tregua.
Somos la bandera, el mástil y asta. Somos la cuerda que ata y las
muñecas entrelazadas. Somos armas. Y la muerte encarnada. Somos aunque nos
queda poco. Somos y muchos intentan serlo. Somos pasajeros. Somos viajeros, el
camino y la banquina. Somos y nos cuesta serlo.
Primates, primarios y básicos. Algunos secundarios otros protagonistas.
Algunos están en la lista, los demás se quedaron afuera. Algunos piensan, otros
se quedan esperando. Algunos se inquietan, otros están sumando. Los demás
restando, y el resto dividido. Un mundo partido, multiplicados por millones.
Somos enormes, pequeños y enanos. Somos algo humanos, mientras algunos ya se
agotaron la cuota de Humanidad. Somos la lealtad, la traición y el perdón.
Por alguna razón, algunos hemos olvidado. Por algún perdón, algunos han
abandonado su rencor. Y otros se abrazaron al dolor, mientras el miedo duerme
la siesta. Algunos ya ni se acuestan, otros jamás se han levantado. Otros son
hermanos, primos y maestros. Alumnos de a ratos. Los que se han olvidado, de lo
aprendido y lo enseñado. De lo vivido y de lo compartido. De esos ya van
quedando menos.
Algunos somos hermanos, amigos y distanciados. Enemigos inhumanos.
Algunos somos novios pasajeros. Otros amantes en celo. Otros abandonados. O
engañados. Algunos están esperando que la pareja se disuelva. Otros están
esperando que la histeria desaparezca. Y que la amistad ya no sea una excusa
para no amarse. Algunos están con el interrogante, dudando toda la vida.
Algunos ya se animan. Otros ya no pueden hacerlo.
Primates primero. Primitivos después. Básicos alrevés. Sabios jamás o
nunca. El mono oculta su sabiduría a la Naturaleza. El
hombre se acuesta a dormir la siesta de la inteligencia, mientras el mundo sube
la apuesta. Que va a perder temprano.
Somos un instante. Un minuto pasajero. Un eterno silencio. Una voz que
perdura. Somos la voz oculta. Esa voz interior. Somos un montón de buenos
momentos. Somos aquello que nunca hemos vivido. Somos y seguimos escondidos.
Somos la eternidad en alguien. Somos lo inolvidable. Somos aquello que no se
quiso dejar. Somos lo que nunca tuvimos. Somos el sueño perdido.
En cada amanecer.
Somos la peste después. Una vez que la enfermedad se curó. Somos el
atardecer. La noche y el día. Somos la vida cuando alguien muere.
Somos ocurrentes para escribir tantas líneas.
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