La estructura psíquica refleja y secuencia la identidad del Alma. Es
parte de ella, como lo es cada mínima célula del organismo. La identidad del
Alma, el iris de Dios. Ese resplandor que nosotros limitamos a diario. Ese
fuego que no se consume con el tiempo ni se apaga con nada. Esas llamas que no
queman nada, sin embargo, dan un calor intenso.
En esas dimensiones pensamos a la estructura psíquica, de la que
estamos hablando. Cada pieza de este gran rompecabezas es clave y fundante. Es
la pieza completa la que refleja el sentido de cada uno. Pero no disimula el
valor de todas las restantes. Porque el todo es una parte más, no la más
importante. Tener la capacidad de ver la dimensión real de las potencialidades
humanas nos permite ver a la cara al iris de Dios. Poder tener en el corazón
ese soplido que nos indica que estamos vivos, gracias a una matriz de la que
somos parte.
La identidad del alma se refleja, se espeja en la estructura psíquica y
en la composición corporal, tanto como en la dimensión social y en todas las
formas de las formas. Podemos observar como está el Todo presente en un
milímetro de aire saliente de un pulmón. Lo mismo sucede cuando la enfermedad
sugiera alguna perturbación. Se reproducen las emociones, se traducen al
cuerpo, se piensa desde ese velo, se relaciona y vincula desde allí. Toda una
matriz que se orienta en su dinámica, que se refleja en las restantes almas que
quedan involucradas.
El iris de Dios está en el alma del corazón de la célula humana. En esa
explosión dinámica y permanente. Que no destruye ni se enciende, que no se
apaga nunca. Ese brillo azul, esa llama de luz es la que sostiene a la
estructura psíquica.
Y se mantiene en silencio.
Un silencio eterno, nada vacío. Nada de sonido. Sin intervalos ni
misterios.
Ajeno al tiempo. Más allá de la evolución. Es esa paz interior de la
que poco sabemos todavía. Es esa espera perdida donde el psiquismo puede
empezar a ser. Donde el quantum es, eterno. Lejos de la rueda de los
nacimientos, más acá en el tiempo, antes de nacer.
La más mínima huella conserva la identidad en ella.
Una muestra del iris azul.
El quantum de dios.
Psicología
Cuántica.
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