lunes, 30 de julio de 2012

LA FUERZA. SIEMPRE LLEGA. COMO TODO.


Vos pensás que tal vez no vaya a llegar. Cuando la realidad te dice con, su habilidad de mensajera, que nunca se fue. Porque la historia no es la carta escrita en puños de la memoria. Los renglones se cambian los pañales, mientras desordenan sus juguetes. Las brujas cuentan sus escobas mientras nosotros nos acordamos de no habernos olvidado.
Cantar canciones que no fueron escritas. Cambiarle la letra donde mis venas lloran. Dudar, como si las preguntas fueran eternas. Armando un lío en este tremendo río, donde nada. Sin salvavidas te dignas a salpicarme la vida. Tu sonrisa me explica que extraña estas caricias. Y que escribe cartas que no se llevó aún el cartero.
Puede ser que todos estemos colgados. Mientras no estemos ahorcados. Puede ser y tal vez sea. Pero sabemos que las certezas son cerrajeros de nuestra intuición. La combinación se la llevó quien nunca se pudo ir, de nuestro lado.
El cantor que el otro día hablaba del amor, le puso fecha de vencimiento. Pidió perdón, por la presencia injustificada de alguna excepción. A mi me reforzó las ganas que esperan en las caballerisas de mi alma. Donde no hay portero. Un buzón espera inquieto avisarme que tus besos ya no están lejos.
Mi amiga espera con la misma intención, un llamado que no llega. Y un encuentro que la desespera. Tenemos las zuelas de los zapatos del cansancio agotadas de tanto tropezar. Máquinas que intentan arreglar el asfalto de mi camino torcido. Tal vez son los preparativos para tu arribo.
Ansioso Ezeiza espera la llegada del alma. En un vuelo sin pasaje de vuelta. Con valijas vacías, para llenarte de calma, abrazos y caricias. Tus besos ansían la llegada en primera clase. Tu cuerpo le pide un respiro a la azafata del vuelo sin número de regreso. Porque te vas a quedar en mi corazón.
A mi amiga y a vos, les digo, que todo llega cuando las fuerzas de la Naturaleza se pusieron de acuerdo con los planetas. Y armaron un plan en esa reunión de consorcio.
Esperar, es la calma de las dudas. Rezar son las palabras de la desesperación, o la voz del temor. Saber, es la señal del corazón que late al escuchar que el amor lo pasará a buscar. Dormir, es la posibilidad de soñarte. Abrir, es la posibilidad de vivir.
Mentir, es una fe de erratas del tropezón.
Disfrutar, sé que me dirás, es una fantasía fuera de este mundo. Lamento discentir, es el regalo que te ofrezco porque quiero compartir mi mundo con tus sueños. Y tu mundo con mis abrigos.
La fuerza de lo hecho es la obra de un plan perfecto.
Vos y yo (como ellos dos) somos los arquitectos.

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