Es sabido que
cuando se introduce una especie en un eco sistema al que no pertenece, el mismo
entra en crisis y corre serios peligros de extinción. Lo mismo sucede con las
idiosincrasias y los sistemas sociales, cuando se introduce una patología que
no es propia de ese grupo humano, comienzan los inconvenientes y se propaga
como si fuera una epidemia. Es por contagio y es por identificación. Hay un
factor que no debería estar.
Los sistemas tienen
sus fronteras por razones obvias. Para evitar las mezclas y las fusiones que
generan extremas confusiones y pérdida de identidad. Con el efecto de la moda
sobrevalorada y llevada a lo más alto del podio, el contagio es obvio y la
globalización así lo facilita. La influencia es inevitable. ¿La contaminación
también?
Es una forma de
modificar lo establecido. Sucede cuando se carece de una identidad sólida.
Cuando apremian las necesidades y se quieren tapar los agujeros existentes. La
culpa no es de nadie, pero estamos todos involucrados. Por omisión o
negligencia, por descuido y por corrupción. Meras conveniencias que arruinan lo
establecido. Lo propio más lo adquirido. Es el producto de la experiencia.
No sé si hay
intencionalidad. Si sé que hay efectos y consecuencias.
Adversos, por
obviedad. Con sólo caminar por las calles alcanza para ver la idiosincrasia
invadida por elementos extraños. Ajenos y alejados, que ya fueron absorbidos
como propios. Dicen que hay que cambiar, dicen que es parte del crecimiento.
Pero me pregunto y no entiendo a qué se refieren con “crecer”. ¿Es desarrollar
lo propio o es expandirse con lo ajeno? Llenarse de cosas de otros no es
madurar ni desarrollar los propios recursos. ¿Dónde queda lo nuestro? Parece
una secuencia confusa.
La contaminación de
las ideologías en mi mundo se llama espionaje. Infiltrados, son los que mezclan
las pinturas arruinando los colores. Llevar y nunca traer establece un
desequilibrio, de aquí se han llevado las riquezas. Eso sí que no mezcla, llena
de tesoros sus bolsillos. Y de pobrezas nuestros platos.
Es el efecto
esperado a corto y mediano plazo. El que llega con los años se verá en algunas
décadas. Ya son las nuestras las que han perdido “lo propio”. Son los severos
trastornos que involucran a la identidad, el efecto a largo plazo de la ruptura
del eco- sistema. Lo original es copia. Y la copia es de segunda mano.
Las materias primas
se han llevado. Lo más personal de cada uno.
Esa es la razón por
la cual no nos pertenecen algunas patologías. Que padecen nuestros niños y
adolescentes. Es consecuente con lo realizado hace muchas décadas. Es el efecto
indeseado. Al menos el no esperado.
Lo lamento
muchísimo. Son pocos los grupos de pertenencia.
Son demasiadas las
consecuencias.
Ya las vemos a diario.
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