lunes, 30 de julio de 2012

¿DÓNDE QUEDÓ LA AMISTAD? Sobre la mesa de un bar...


Hay miles de maneras para arruinar una amistad. El hombre se las ingenia todo el tiempo para innovar, para encontrar una nueva forma de arruinar aquello que, en algún momento, parecía indestructible. Sin embargo, lo logra. Siempre lo logra. Siempre se sale con la suya. Y tira a la basura algo sumamente valioso como es la amistad. La elaborada por años, la añejada por tantas tardes compartidas. Pero como el buen vino, tarde o temprano desaparece. Y sólo queda una botella vacía.
Vacía de esos momentos. Perdida en el anhelo de volver a beber de aquellos encuentros que tanto se han disfrutado. Pero es en vano, esa botella ya está vacía. Ya está perdida la amistad. Y fue sobre una mesa de bar. La que siempre fue testigo y ahora es cómplice...
De una lágrima que se derrama porque "todo tiene un final". Porque ya no se preservan las amistades. Ya no son "los tesoros valiosos" que supieron enorgullecer a dos compañeros que, luego de ser amigos, fueron hermanados. Para ser alejados. Sin contacto ni sinceridad.
No hay honestidad que mantenga la mirada en el otro, si el puñal se escapa por la espalda. No hay amistad que pueda contra la falta de sinceridad, contra el coraje perdido en excusas que no alcanzan, que no llegan a estar a la altura de las circunstancias.
Porque "el cara a cara" es lo que sostiene, lo que desmiente y lo que perdona. Una mirada que no puede sostenerse por sí sola.
Una lastima. Pero la amistad se quedó al costado de la ruta. Mordiendo con furia, una banquina plagada de accidentes.
Una mesa llena de vasos vacíos. Y una botella rota.

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