Ese fue mi error y lo sigue siendo, darte mi deseo y que te dieras cuenta. Porque se acelera la muerte de lo que hemos empezado cuando sabes que me tienes atrapado, sin que yo lo quisiera. Me lo has dejado oxidado, una lata que no puede ni caminar, que no puede maquillar su rostro de deseo y seguir escapándole a tu mirada. Ese fue mi error, el haberte subestimado y creer que no te darías cuenta de cuánto uno puede estar enamorado de la histeria. Sin caer en la trampa que te salva de todas las redes.
Es duro asumirse un cornalito mordido por las redes de una pescadora
inexperta que llena el balde para la cena de esta noche.
Es un golpe al ego caer y ser el suelo de un muro amurallado. Que se
creía impenetrable al deseo y cayó en tus manos, una vez más. Mi error fue ser
un globo que se ha desinflado en tus manos cuando acariciaste las entrañas de
una vida, poco acostumbrada, a estos roses tan mimosos.
A esos tontos les pido que no se crean vivos, muertos de sed por ella.
Porque es una queja que se regodea constantemente. Sabía que no debía, sin
embargo lo hice.
Sabía que no quería, no pude evitar el reclamo. Porque es parte del
engaño descubrir al otro tal cual es. Y ver que uno es quien se equivoca. Y
caer en los brazos de esa persona que no los cierra jamás. Mi deseo fue tuyo y
me equivoqué, porque caí en la red equivocada.
No es que no quería, pero no era el momento de entrar en esta bolsa de
sentimientos felinos que andan a los zarpasos. Maullando y llorando lágrimas de
cocodrilo.
Un hermoso lío el que arme. Al dejarte caer, mi deseo querido.
Ahora me he perdido, ¿a quién le toca el siguiente turno?
Los dados caen alrevés, no me quieren mostrar su mejor cara. Es el
destino que se ríe en mi cara, obviamente con vos. Y yo me siento, sin vos, más
aliviado. Porque mi corazón está descontrolado cuando siente tu voz cerca. Y
tus pasos atormentan las lágrimas del entusiasmo que quieren salirse al engaño
encuentro con tu boca.
Siempre cometo el mismo error. Ya debería entender que no siempre me
equivoco. Que tal vez, sólo tal vez, es así mi manera de andar. La de buscar
siempre la misma piedra para tropezar y besar el suelo de tu ausencia.
El error es lo mejor que pueda sucederme. Soy “esto”, lo podes aceptar o
desestimar. Sólo así sabremos la verdad de lo que sucede.
No temas cometer errores, si esa es tu forma de ser, déjala fluir y que
sea ella misma. Una forma, una vida. Con espontaneidad total, todas las
estrategias terminan siendo batallas perdidas.
Amar con estrategias es cometer el error principal.
Y no haber entendido nada de todo esto.
Puedo ser un torpe o un lerdo, pero no le temo a mis equivocaciones.
Te doy mil razones y mi deseo.
Y que sea lo que Dios quiera…
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