Irrumpen en la
rutina. Aparecen sin previo aviso. Tocan la puerta; de improviso.
Impávidos e
irrespetuosos! Actúan indiferentes frente a nuestra tan acostumbrada
distracción. En instantes, destruyen los muros de la defesa, dejan el corazón a
pleno latido y el alma descubierta.
Son
irreverentes, y sin importarles en lo que estés, se imponen como amorosa
cachetada y te vuelven al centro.
Son mágicos.
Basta su presencia para transformar las 24 hs de este día en especiales y
distintas al resto.
Son pequeños,
pero enormes en su alcance. Tienen lo infinito del amor y la fuerza de lo
intempestivo. Se encarnan en frascos diminutos, pero trascienden cada
centímetro de nuestra alma y nuestro cuerpo.
No hay
explicación, solo encuentro.
Son palabras,
son gestos; circunstancias, voces o recuerdos. De la mano de un rostro amigo,
actúan como varita mágica y crean milagros de la nada.
Transforman.
Rompen con viejos lentes y con distorsionados espejos. Te conectan con la vida,
te dejan en la palma de tus manos aquellos, tus sueños. Son reales,
contundentes, y honestos.
Hoy me atravesó
un huracán de esperanza al que fue prácticamente imposible decir “no” y termine
sumándome a su vuelo. Alas desplegadas en cielos inmensos.
Y vos? Cuantos,
¿pequeños?, milagros viviste hoy?
Autora: MaGA.
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