Estamos bordeando límites imaginarios. Tan fantaseados como reales
pueden ser. Estamos en los bordes de los pies de la negación. Y el olvido. Una
amnesia temporal, casi tan intencional como sarcástica. No es la negación la
causa, es esa porción oscura inevitable. Esa parte imborrable de la historia,
en cada uno. Ese cono de sombras que opacan la luz del sol, cada vez que gira
el tambor. Y suena la vida.
Esto no es poesía, es psicología pura. Y analítica. Entender cuales son
las partes de la red que pueden sostener la crueldad y la desidia. No es la
negación la formación que genera la maldad, ni las consecuencias perversas de
ciertos tratos. Es la porción oscura la real causa de lo imaginario, del morbo
y del espanto que a diario genera la Humanidad. La negación es una forma parecida a la
traición de uno mismo, porque se vuelve en contra. Es esa porción que se
desdobla y que oculta la obstrucción, y no deja ocasión para sortear el
problema.
La porción oscura es la que se oculta, incluso al espejo. Es la que
deslumbra con su atrocidad a cientos de personas que no pueden comprender y mucho
menos tolerar. Esa porción no tiene obstrucción, se abre paso y camina libre.
Ha encontrado siempre un argumento para hacer del encuentro una expresión de
barbarie. Para hacerse inevitable y desde allí empezar a lastimar, a corromper,
a distorsionar. Porque hace eso. Vive de eso. Sueña con eso. Piensa en eso.
Todo el día.
Todos ocultamos algo. Alguna parte oscura que, desde la amargura, el
dolor o el rencor, busca equilibrar la balanza. Desde las sombras apela a la
deshonra para poder expresarse. Porque si no explota, invade el mundo interno.
Porque la parte oscura no quiere vivir en el anonimato. Se siente dominante,
quiere y puede sobrellevarlo. Ir avanzando hasta contaminar todo el resto. Así
son cientos los ejemplos de expansión, los que han contaminado las generaciones
futuras, arruinando con soltura a las futuras nuevas criaturas. Las que podrían
aprender lo mejor, sin embargo, se encargan de juntar la basura que ellos han
dejado.
Escribir sobre esa porción conlleva ir hasta el fondo del pozo. Con o
sin salida.
Esa pequeña porción se está devorando al mundo. Por los oros oscuros,
están llenando la tierra de desierto. Sequía de principios, poca vitalidad y
muchos granos de pereza. Algunas pocas especies en venta y dunas de fidelidades
mudadas.
No queda mucho de la porción liberada.
Nos queda poco tiempo de luz.
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