lunes, 30 de julio de 2012
NO SOMOS CONSCIENTES. ASI NOS VA A IR.
No somos concientes del peligro que estamos generando. El problema del agua, la tala indiscriminada, las contaminaciones, el descuido y la negligencia. Muchas autoridades nos están avisando que para los próximos años el futuro es desolador. Nos estamos quedando sin el pulmón. Y al planeta lo estamos colapsando. Todos nos hemos quejado semanas anteriores por la incomodidad que el humo nos había generado. La quema de pastisales nos dió una muestra, gratis, una lección que pocos han entendido. Si seguimos talando y quemando los árboles, en algunas décadas todos respiraremos así.
La disminución del oxígeno en el aire, la destrucción de los bosques y selvas, más el consumo indiscriminado del agua está secando nuestro planeta. Nadie se queja, porque pareciera que aún nos sobra. Pero nadie nos cuenta que ya hay países enteros que están secos. Que sacan el agua de lagos ajenos y que sus aquíferos se están secando a una velocidad imparable.
Es alarmante. Es sumamente preocupante porque están hablando de los próximos diez años. Nada. No es nada de tiempo. Tal vez sus hijos tendrán quince años, o veinte. Menos de los que usted tiene hoy y a ellos les faltará el agua.
Los consumos industriales y la falta de conciencia mundial están destruyendo nuestras fuentes naturales.
No puede ser que nos comportemos como una plaga que destruye todo. Pero lamentablemente somos eso. Destruimos todo. Nos devoramos todo con un nivel de egoísmo que es alertante y miserable.
Ya es tarde para reaccionar. Damos lástima al actuar de esta manera. Nos reproducimos como conejos, más de la cantidad que tenemos para alimentar a nuestros hijos. Nos asesinamos como míseros animales. Nos quedamos con una parte sin ver que estamos destruyendo el todo. Ridículos a la hora de pensar, grandes teorías que no han podido hacer nada para salvarnos, de nosotros mismos.
Somos nuestro propio castigo. Creo que nos merecemos esto.
Pero lo que más me indigna es que los responsables no estarán a la hora de ver destruído a este planeta. Nuestro hogar se hundirá en las próximas décadas, y esto no es fatalismo. Es pura realidad. Si no me cree póngase a averiguar qué pasa con el agua en el mundo. En Europa hay escasa. En África queda muy poca. En Estados Unidos ya son millones las áreas secas y miles de millones las contaminadas.
Viviremos secos y con poco aire. Tal vez sepamos, aunque sea tarde, que debemos cuidar "algo".
O tal vez, admitamos que somos una plaga descontrolada. Y que nos merecemos la extinción, por descuidados, por soberbios, por omnipotentes o por estúpidos.
Lamento la pérdida de la sutileza, pero leer como secamos al mundo me produce tanto dolor como indignación. Tanto pavor como pudor.
Y mucha verguenza.
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