lunes, 30 de julio de 2012

LA IMAGINACIÓN NO EXISTE.


Estamos muy acostumbrados a separar los planos de la realidad y a nombrarlos de maneras muy diferentes. Nos han enseñado que lo concreto es aquello que tenemos al alcance de nuestras manos y que todo lo demás debemos soñarlo. Estamos tan equivocados. Nos hemos alejado de la verdadera realidad. La imaginada.
Los sueños se alcanzan si uno se ha despertado. La imaginación no existe sino la pensamos como real. Porque esos que nos imaginamos genera un efecto, aunque no lo veamos. Eso, está dentro de nuestra realidad, es parte de nuestra vida. Y nos han hecho pensar que “imaginar” es como soñar lo que jamás se alcanzará. Nos han desviado.
La imaginación como tal, según las enseñanzas clásicas, no existe más. Nunca ha sido una realidad, sólo fueron formas de frustrarnos. Hoy, estamos en condiciones de clarificar las verdaderas cuestiones que están dentro del imaginar. Porque podemos pensar con libertad, porque podemos darnos cuenta que la única manera de llegar más allá es soñando. Es despertando la función del imaginar. Y dejarla desplegar sus facultades.
La imaginación como esa función fantasiosa e irreal no existe más. Hoy vemos que la imaginación es real, que es una realidad no separada de lo demás. Y es la conexión simultánea. Es la canalización que llevará a la producción de realidades, que llamamos “concretas”. No separemos más aquello que nunca estuvo separado. No dividamos más para creer que podemos gobernar, si no nos animamos. Empecemos a pensar que la imaginación y la realidad son la misma cuestión, sin cambios ni modificaciones.
La imaginación es realidad. Que genera sensaciones, emociones y pensamientos. Que genera sus efectos al igual que lo concreto. Sin diferencias. Entonces, empecemos a usarla en su verdadero potencial, como canal de comunicación, como el punto de iniciación. El comienzo de todo.
Todo lo real antes fue imaginado.
Allí es donde el Todo empieza. Ahí es donde se gestan los verdaderos monumentos de una vida. Los grandes sueños, los objetivos y las metas. Los medios para llegar a la cima, las maneras más expresivas del sentimiento y la pasión. Todo pasa por la imaginación, antes de ser una manifestación. Entonces, admitamos que esa imaginación es real, es una realidad concreta y palpable.
Y ver la inagotable posibilidad de lo posible. La imaginación como un soñar no existe. Es una experiencia concreta en todas sus dimensiones. Es una vida llena de riquezas que se conectan con las circunstancias palpables. Y se manifiesta. Solamente nos cuesta un poco entender, aprender y trabajar.
Si pudiéramos dejar que la imaginación real se manifestara empezaríamos a aprovecharla en todas sus capacidades. Es simple, es inagotable. Es un caudal infinito de lo infinito sin límites.
Una posibilidad para lo real.
Una continuidad absoluta.

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