Los trabajos de Hércules han sido interpretados de múltiples formas, dándoles muchos sentidos. Es el hijo de Dios e hijo del hombre a la vez, es la viva imagen del Yo. Sus trabajos representan las tareas y funciones de una instancia psíquica que es más que una parte de la identidad.
Divididos en 12 (doce) los trabajos y aprendizajes son una explicación de la evolución misma del Yo, comenzando en una etapa preparatoria para luego constituirse y llegar a la trascendencia. Uno por uno, sus funciones se correlacionan perfectamente con los signos del zodíaco. ¿Casualidad? ¿Realidad?
En la casa de Aries: la tarea es la Captura de las Yeguas. Tiene que detener los malos actos, liberar a las yeguas de las tierras lejanas y a los que viven allí. El círculo se completará con una tarea que los trasciende en la casa de Piscis, donde la función está orientada hacia el otro. Aquí comienza. La primera función psíquica del Yo es la discriminación de los impulsos, salir de las tierras indefinidas donde aún no hay nada de él mismo. Los impulsos que aún no son pulsiones siquiera. El yo primitivo, indiscriminado. El que surge de la especie. El que será, que no es todavía.
En la casa de Tauro: Le toca la captura del Toro de Creta. El primer paso es la reflexión. La conducción. Aparece el deseo de ser. Comienza el plano mental. Y la sexualidad todavía primitiva, nebulosa.
En la casa de Géminis: Tiene que ir a recoger las manzanas de Oro de las Hespérides. Cuidar el árbol sagrado. Es la realización de la dualidad, lo que terminará siendo la división consciente-inconsciente. Unificar alma y cuerpo. El deseo de acción. Consumar. LA autodisciplina. Aún están presentes las dos caras. La dualidad especular. Y el árbol sagrado, que será la sabiduría del inconsciente donde se conserva lo que siempre se sabrá, olvidado.
En la casa de Cáncer: La captura de la Gama lo espera. Tiene que decidir qué voz escucha de todas las que oye. Es la obediencia del corazón. El yo en el marco familiar y social. El ingreso. La consciencia de masa. Y la consciencia de ser parte.
En la casa de Leo: Estará matando al León de Nemea. El yo erguido. Se pone de pie. Se constituye en uno. El yo príncipe, rey, gobernante. El narcisismo.
En la casa de Virgo: Apoderándose del cinturón de Hipólita. Comenzará la experiencia del seno materno. El yo ingresa, por la madre, al complejo de Edipo. Debe nutrirse, protegerse, identificarse a través de la figura materna. Comienza a salir. Crece. Debe aprender esas funciones.
En la casa de Libra: Le toca la captura del Jabalí de Erimanto. Es la experiencia con la figura paterna. Conseguir y adquirir el equilibrio, el juicio, el criterio propio. Aprender y aprehender la Ley. La amistad y el coraje se preparan. La salida.
En la casa de Escorpio: Debe destruir la Hidra de Lerna. Los monstruos del Pantano. Debe aprender a tolerar y dominar la otra cara de las figuras parentales. Tiene que aprender a llevar se lo mejor y lo peor. Se rompe la ilusión de la armonía familiar. Ascendemos arrodillándonos; vencemos cediendo; ganamos renunciando.
Cortar la cabeza inmortal.
En la casa de Sagitario: tendrá que matar a las Aves de Estinfade. Aprender de la divinidad. El silencio. Correcto uso del pensamiento, el lenguaje y la libertad. Es el Yo independiente.
En la casa de Capricornio: Tiene que matar a Cerbero. El guardián del Hades. La luz de la vida resplandece sobre el mundo. Lo aprendido ahora debe ser volcado en el mundo. Con el ojo interno surge la propia visión. Es libre. Y aprendió; está transformado y ahora puede trabajar.
En la casa de Acuario: Limpiar los establos de Augías. Lo propio debe iluminar a otros. Y vuelve a empezar todo, pero ahora con una visión. Desde su propio lugar. El lugar de los otros en uno.
En la casa de Piscis: Está la captura de la Roja Manada de Gerión. El todo. La integración ha llegado. La voluntad de lo que debe ser. Lo perdido y encontrado. Muerto y vivo. El yo se trasciende, en todo.
Estas doce funciones, aprendizajes y estadios de la evolución del yo muestran la enorme capacidad que concentra en forma de potencial y capaz de ser llevada al acto. En el núcleo del yo, como en el núcleo del átomo, no hay nada. Ese vacío es la posibilidad de todo. En estas doce casas, en estos doce caminos el yo se constituye. Son los trabajos de Hércules, son los trabajos psíquicos, son las doce funciones del Yo.
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