La rebeldía del adolescente.
La soberbia del adulto.
Escrito por Juan Cruz Cúneo.
Licenciado en Psicología.
La rebeldía del adolescente se topa con la soberbia del adulto que no lo deja. Se plantea una pelea de poder, se desarrolla un enfrentamiento por los espacios y las libertades que genera un clima de mucha tensión en la casa. El ceno familiar empieza a estar en conflicto, las dudas del poder y la necesidad de no perder llevan al adulto a defender con todas sus fuerzas sus códigos de convivencia. El adolescente empieza a quedar afuera.
La primera manifestación de esta “expulsión” es el refugio en su propio lugar. Se encierran para no dejar entrar a los adultos, los cuales no son bienvenidos a su mundo. Y lo defienden con las mismas fuerzas con que los adultos defienden las reglas de la casa. Y tienen razón. Si no hay lugar en casa, no habrá lugar en el cuarto, en su intimidad. Los riesgos son muchos, lamentablemente, porque la primera perdida es de la comunicación, la segunda será de la confianza y la convivencia para llegar al extremo de poner en jaque una relación padres e hijo que no tenía que terminar así.
Pero un punto es cierto, y hay que reconocerlo, la soberbia del adulto es la que genera la intensificación de la rebeldía adolescente. Quien está buscando confrontar para fortalecerse y probar su modelo, se encuentra con un muro y descalificaciones, para sostenerse, pero eso no se ve. Cuando al adulto se le acaban los recursos siempre se refugia en la sin razón del autoritarismo, imponiendo tarde sus reglas. Las cuales eran de convivencia y ahora son su propia contradicción. Ahí empieza el error de los grandes. Desautorizarse.
El adolescente necesita, por última vez, medir sus fuerzas y probar su propio modelo. El resultado final de años de educación y formación familiar que se tienen que poner a prueba para saber si se está preparado para el mundo. Y justo en ese momento se encuentra con el peor impedimento, los maestros son ahora sus enemigos, sus enfrentamientos desdibujan el proceso y lo empujan a la masificación del grupo adolescente. Donde va a buscar refugio y reafirmación de su identidad, para lo cual, tiene que aceptar los códigos urbanos de cada tribu. La entrada a los vicios, las transgresiones y los errores. El peaje, por quedar expulsado del barrio privado que es la familia.
¿Cuánto le cuesta al adulto la rebeldía adolescente? Si ese adulto no es un padre adolescente, la verdad es que no le cuesta nada. Es dejar que su hijo cuestione lo que le hace falta para poder llevarse la carga aprendida y salir al mundo, a construir. Pero si le enseñamos a destruir, eso se le volverá muy en contra.
De esta forma es que llegamos a los tiempos actuales de eternas adolescencias y una adultez cada vez más lejana y menos asumida. El costo lo pagan las relaciones. Las causas están planteadas, son conocidas por todos. Pero asumidas por pocos.
La rebeldía del adolescente hoy tiene cuarenta años. O aparece tarde, después de los cincuenta y con un matrimonio a cuestas. Con toda la soberbia de lo transitado, pero no aprendido, con todos los errores en la mano.
Y sin hacerse cargo, con el lema de vivir la vida en la punta de la lengua.
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