La adolescencia de un adulto de cincuenta años.
Escrito por Juan Cruz Cúneo.
Licenciado en Psicología.
Y un fenómeno psicológico-emocional y comportamental que se está viendo en las últimas décadas, lejano a la adolescencia como si fuera una copia de mala calidad, están los hombres grandes que vuelven a ella. Los adolescentes de cincuenta. Una generación que se ha perdido en algún punto del tiempo y ha vuelto al pasado.
Son esos hombres que un día, pasados los cincuenta años, se despiertan pensando que no soportan más la vida que llevan, de hijos grandes y carreras profesionales, con una matrimonio de más de treinta años que les pesa como unas treinta toneladas de lo que ellos eligieron. Y ese día, deciden dejar todo y volver a empezar, como si tuvieran 18 años y toda una vida por delante, cuando tienen la mayoría por detrás.
Esta adolescencia, del adulto mayor, se diferencia en mucho de la original y autentica. Ya que le falta esa naturalidad y esa ubicación que no la hace ridícula. Imitan al adolescente, pero fuera de moda. Repiten conductas pero de otra forma, más extravagante, más fuera de lugar, llegando a lo bizarro en muchos casos. Y este episodio genera una conmoción a nivel familiar, peor que la generada por un adolescente natural en su tiempo y forma. Por lo general, son personas estructuradas que no han vivido si adolescencia de ninguna manera, por seguir los parámetros establecidos de esa sociedad, en esos tiempos.
Y se van con mujeres más jóvenes que desentonan con su mundo, como intentos absurdos de entrar en otra realidad. Y de recuperar o vivir lo que no pudieron, por haber sido adolescentes rígidos atados al modelo familiar. Y ahora se desatan de sus propias familias, para recuperar lo que ya se ha ido.
Esta adolescencia, poco auténtica es de la que se quejan la mayoría de los adolescentes. Porque ven la diferencia, y rechazan esos modelos.
No desvirtuemos lo original y respetemos el curso de cada etapa.
Si es que queremos llegar al final.